Ciudadanos reemplazados por algoritmos por Néstor García Canclini (Reseña de Libro)

Ciudadanos reemplazados por algoritmos by Néstor García Canclini (Book Review)

Recibido: 30/04/2020  

Aceptado: 29/06/2020

 

Dr. Rayner García Hernández

Investigador Independiente

Email: [email protected]

ORCID ID: https://orcid.org/0000-0003-2573-760X

 

Para Citar: García Hernández, R. (2020). Ciudadanos reemplazados por algoritmos por Néstor García Canclini (Reseña de Libro). Revista Publicando, 7 (25),212 -215. Recuperado de https://revistapublicando.org/revista/index.php/crv/article/view/2116

 

 

Resumen: Reseña del libro "Ciudadanos reemplazados por algoritmos" de Néstor García Canclini.

GARCÍA CANCLINI, Néstor. Ciudadanos reemplazados por algoritmos. Alemania, Calas, 2020.

Palabras clave: Néstor García Canclini, reseña, ciudadanía, desciudadanización, despolitización, desglobalización.

 

Abstract: Review of the book: "Ciudadanos reemplazados por algoritmos" by Néstor García Canclini.

GARCÍA CANCLINI, Néstor. Ciudadanos reemplazados por algoritmos. Alemania, Calas, 2020.

Keywords: Néstor García Canclini, review, citizenship, decitizenization, depoliticization, deglobalization.

 

En el funcionamiento interno de nuestros dispositivos digitales, se ocultan ciertos estándares técnicos que influyen, y en última instancia, modifican el comportamiento de los ciudadanos–consumidores–usuarios”. A partir de esta premisa, nos ofrece Néstor García Canclini en su libro Ciudadanos reemplazados por algoritmos, un análisis coherente y profundo sobre la situación social, política y cultural actual. A través de seis capítulos y en poco menos de 200 páginas, nos invita el profesor, antropólogo y crítico cultural argentino a un análisis exploratorio sobre los efectos políticos y culturales del capitalismo global y electrónico en los nuevos procesos sociales que él define como desciudadanización, despolitización y desglobalización. En esta obra ensayística, Canclini parte del supuesto de que no “se hayan vuelto inútiles las palabras ciudadano, política y globalización, pero sí pierden vigencia las nociones clásicas de ciudadano y política, así como nociones que los libros sobre globalización establecieron en la última década del siglo XX y la primera del XXI.(p. 25)

Para analizar estas nuevas conceptualizaciones, se apoya el autor en una indagación exhaustiva de los procesos políticos, sociales y culturales que se desarrollan hoy en América Latina. El hilo conductor de esta obra ensayística se centra en los efectos que produce “la fragmentación multicultural que celebró el posmodernismo o de la pluralidad de sentidos concebida en los primeros tramos de la expansión de Internet y las redes sociodigitales” (p. 16) en las generaciones más jóvenes. De esta forma elabora Canclini la hipótesis de que (…) son, dentro de crisis económicas compartidas en la globalización económica y comunicacional, coincidencias, en países diversos, del desconcierto de las élites y los sectores populares que no saben cómo hacer sociedad. Está en descomposición un sistema global, o lo que creíamos que funcionaba como tal.” (p. 36) Nuestras sociedades actuales se caracterizan por “el desorden de las relaciones productivas y de gestión de lo político por los gobiernos” (p. 37), la cual implica las dificultades que enfrentan los actores sociales –privados e institucionales– para incluir sus deseos, aspiraciones y luchas, a través del uso que hacen de los dispositivos tecnológicos, en otros procesos de cambio que los emancipen. Para su indagación, parte Canclini del supuesto que las bases culturales de la ciudadanía están rotas. 

El esclarecimiento de la concepción de desglobalización, se basa en un estudio de procesos regionales de alcance global, donde a partir del uso de estándares técnicos se homogenizan prácticas culturales diversas y hábitos de consumo comunes. Pues, “(…) las tecnologías digitales, asociadas a la globalización socioeconómica y cultural, fomentan certezas de lo que ganamos: más información y entretenimiento diversificado, espacios para debatir y participar, acceso a bienes, mensajes y servicios no disponibles en la propia nación.” (p. 11) Este planteamiento refuerza aquella idea de la investigación mediológica que presupone que la técnica une, mientras la cultura separa.

Por su parte, la concepción de desciudadanización se halla multicausada. Tres elementos centrales guían este análisis: “a) la elitización de los partidos y su desconexión de las bases sociales, b) la mercantilización de los medios que reduce su función social y c) la percepción ciudadana de que las protestas y penurias no son escuchadas por los poderes públicos. Ser ciudadano no significa ya lo que fue o se imaginó en etapas anteriores del capitalismo. Vivimos hoy otro modo de entender la política al deshacerse los acuerdos entre Estados, empresas y derechos sociales que daban sentido a la concepción moderna y democrática de la ciudadanía. Se trata de una descomposición de la idea de democracia”. (p. 36) Más que establecer nuevas pautas para una investigación de la concepción de despolitización, el autor pretende “detectar dilemas críticos de las acciones ciudadanas, de su potencia o frustraciones, y de los procedimientos con que los estudiamos e interpretamos con el fin de explorar los cambios de sentido civilizatorio.” (p. 17) Como es común en los estudios sobre comunicación y medios, se presta atención a dos líneas metodológicas: “el determinismo biotecnológico y la historia crítica de las mediaciones y apropiaciones sociotecnológicas, de los medios masivos a las redes digitales.” (p. 17)

Un aspecto fudamental aquí es la visión, no tan nueva, de lo que el autor denomina videopolítica. “El avance de los medios tiene resultados divergentes para los ciudadanos: expande y a la vez neutraliza la participación social. Cuando la televisión se convirtió en protagonista de la comunicación y desplazó a la prensa, creó la videopolítica: los debates y la formación de la opinión pública pasaron de las plazas y las calles a las pantallas. Los políticos se fueron alejando de sus votantes y los aparatos partidarios perdieron su poder mediador entre las demandas ciudadanas y los gobiernos.” (p. 44) El valor de retornar a esta idea, implica el contraste y los efectos que han causado los dispositivos tecnológicos en el discurso y las diversas formas de participación cultural y política de la ciudadanía. Partiendo del supuesto de que “(…) las reglas del espectáculo televisivo reconstruyeron el sentido de la política” (p. 45), Canclini plantea que los dispositivos tecnológicos que abren intervenciones performáticas fuertes en los circuitos comunicacionales “no permiten establecer procesos conversacionales”, “son apenas el principio de la historia” y sólo podrían superar su etapa inicial si se acoplan con los medios masivos de comunicación.” (p. 60) El autor pretende no subestimar “la capacidad conversacional de redes como Facebook, Twitter y plataformas como YouTube: los cambios en el diálogo ciudadano también se detonan en estas redes o en canales de contenidos audiovisuales alternativos, y a veces los medios masivos aceptan esa interpelación” (p. 61).

Nuestras sociedades actuales se encuentran inmersa en un estado de incertidumbre, donde el sentido de lo público y los hábitos de consumo de los ciudadanos–consumidores–usuarios se modifican constantemente. Principalmente para las generaciones más jóvenes esta situación implica relaciones laborales precarias e inseguras, que tienen su correlación en la manipulación que se lleva a cabo a través de los algoritmos. En tiempos de la gubernamentalidad algorítmica cambian las formas de participación social y política para los actores personales e institucionales, nacionales y transnacionales. Las empresas privadas y los consorcios de Internet comienzan a funcionar como instituciones sociales, reemplazando de esta forma la gobernabilidad estadística de los gobiernos, partidos, empresas y organizaciones sociales. Estas empresas privadas “recogen una cantidad de datos con fines de marketing y publicidad, de individualización de ofertas, de mejoramiento de la gestión de stocks y ofertas de servicio, con la idea de incrementar su eficacia comercial y, por tanto, sus ganancias”. (p. 53) En este sentido, propone Canclini una redefinición de lo público y del consumo, debido a que “(…) nuestras opiniones y comportamientos, capturados por algoritmos, quedan subordinados a corporaciones globalizadas. El espacio público se vuelve opaco y lejano. La desciudadanización se radicaliza, mientras algunos sectores se reinventan y ganan batallas parciales: por los derechos humanos, por la equidad de género, contra la destrucción ecológica, etc. Pero los usos neoliberales de las tecnologías mantienen y ahondan las desigualdades crónicas del capitalismo” (p. 10) .

El elemento técnico esencial que posibilita el control, la regulación y la vigilancia de los hábitos de uso y consumo de los ciudadanos en la red, es la interfaz de usuario. A través de las pantallas personalizadas de nuestros dispositivos se comercializan nuestros deseos, aspiraciones, luchas y la participación cultural y política. “Las dificultades de actuar en el desorden del mundo van junto con las de conocerlo y comunicarnos” (p. 14), ya que la falsa concepción de las emociones implícitas en las redes sociales se traduce en el uso de emoticones, una cierta cantidad de seguidores (followers), likes, memes y fake news, que reducen la interactividad propia de estas redes al mero consumo de información. Esta situación vislumbra zonas de conflicto, donde la participación cultural y política en los procesos de toma de decisiones es contraproducente.

Para una redefinición de lo público, este se entiende como “(…) el lugar imaginario donde quisiéramos conjurar o controlar el riesgo de que todo esté permitido. En la modernidad, nos preocupamos por lo público porque necesitamos ocupar este sitio donde Dios está ausente, donde lo que queda de la familia y del Estado-nación no bastan para fijar reglas de convivencia. Desde que habitamos un mundo con interdependencias globales y sin organismos que estructuren la gubernamentalidad a esa escala, el riesgo de contar con pocos límites para lo permitido –sin tener criterios socioculturales y políticos compartidos– vuelve acuciante el desafío de definir lo que tenemos en común, o al menos los acuerdos que harían viable convivir en las diferencias.” (p. 50) El consumo, por su parte, (...) no es el lugar de la irracionalidad ni de simples actos compulsivos. Cuando seleccionamos los bienes y nos apropiamos de ellos, definimos lo que consideramos públicamente valioso, las maneras en que nos integramos y nos distinguimos en la sociedad, valoramos cómo relacionar nuestros ingresos con las necesidades y deseos. Tampoco la ciudadanía (…) es sólo un ejercicio razonado de nuestras convicciones: el manejo de las campañas políticas se hace con astucias de mercadotecnia y tácticas publicitarias que apelan más a las emociones que a la comprensión razonada de los conflictos.” (p. 84)

Esta obra ensayística de Néstor García Canclini es de lectura fácil y amena. Indiscutiblemente, el texto ofrece pautas para una comprensión cabal de los procesos sociales y políticos que tienen lugar hoy en América Latina. En su epílogo nos remite el autor a considerar aquellas preguntas importantes que Immanuel Kant con respecto a la Ilustración se planteaba: ¿Qué podemos conocer? ¿Qué debemos hacer? ¿Qué nos está permitido esperar? ¿Qué son los humanos? Quizás, uno de los puntos débiles del ensayo! La estetización y tecnificación de la vida cotidiana, así como la ecologización del pensamiento en tiempos de la gubernamentalidad algorítmica, reducen el “yo pienso” kantiano a la mera disponibilidad de tecnologías cercanas al cuerpo que no hacen más que continuar construyendo paradigmas políticos, sociales y culturales, que en su mayoría no son emancipatorios. Como usuarios de estas tecnologías delegamos muchas de nuestras decisiones en aparatos y artefactos técnicos, que denotan una interactividad de naturaleza dudosa y una falsa comprensión del entorno digital que habitamos. Sin embargo, las tecnologías digitales conllevan en sí un potencial emancipador en la medida en que su uso sea despojado de los centros de poder, de los consorcios de Internet y los usuarios, los actores sociales, las instituciones y los gobiernos sean capaces de configurar nuevas directrices orientadas a reducir los efectos adversos de la incertidumbre en la vida social. El libro Ciudadanos reemplazados por algoritmos de Néstor García Canclini nos ofrece aquí las líneas temáticas para ir despejando estas incertidumbres.

 

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

García Canclini, Néstor. (2020). Ciudadanos reemplazados por algoritmos. Calas: Alemania.